Dentro del terrible batallar del hombre entre la vida y la muerte existen multitud de agentes encargados de propagar en forma acelerada y rápida la vejez celular, ocasionando lamentables e indeseables enfermedades que desencadenan millones de muertes prematuramente.
Aunque el hombre siempre estuvo en busca de una pócima mágica, un elixir o un néctar para alargar sus días en la tierra, verdaderamente son pocos los que comprendieron las palabras del sabio cuando dijo: “el hombre cava su sepultura con sus propios dientes” y por el contrario se dejaron llevar por la macabra frase de Epicuro de Samos que dice: “comamos y bebamos que mañana moriremos”.
Ciertamente con cada puerta que logra abrir la ciencia, el pueblo Taoísta comprende más la perfecta labor que EL GRAN ARQUITECTO de lo existente y lo inexistente, realiza en su perfecta evolución de creación. La tercera ley de Newton es clara, precisa y concisa “acción y reacción” gracias a esta ley de la naturaleza descubierta por Isaac Newton hacia 1666. Podemos comprender que no solo a nivel macro sino también a nivel micro estamos en una guerra constante entre la vida y la muerte y los famosos radicales libres y la vejez prematura no son una excepción a esta ley. A lo largo de los tiempos, los filósofos han procurado dar respuesta al interrogante de por qué muere el ser humano. En el siglo IV a c., el filósofo griego Aristóteles enseño que la continuación de nuestra existencia dependía de la capacidad del organismo para equilibrar el calor y el frio.
Hoy día, pese a los asombrosos avances de la ciencia, las preguntas de los biólogos respecto al motivo del envejecimiento y la muerte aún no han recibido cumplida respuesta. Como indica el semanario londinense the guardian weekly: “uno de los grandes misterios de la medicina no es por que muere una persona que padezca cierta patología, sino la que no padece enfermedad alguna. Si las células humanas se dividen y mediante tal escisión, se renuevan de continuo durante unos 60 años, ¿Por qué dejan súbitamente de duplicarse?”
Steven Austad, biólogo de la universidad de Harvard escribió: nos encaramos al envejecimiento…. Tan de continuo que me sorprende que más personas no lo consideren un misterio biológico fundamental.
Existen varias teorías que tratan de explicar el envejecimiento prematuro dentro de las cuales encontramos la teoría de los radicales libres, la teoría de los telómeros y la teoría del agotamiento hormonal utilizada por la medicina antiaging; en esta oportunidad miraremos en forma profunda la primera.
Teoria de los Radicales Libres
La Doctora Denma Harman describió por primera vez la teoría de los radicales libres como causa del envejecimiento: “un único proceso común, modificable por factores ambientales y genéticos es responsable del envejecimiento y la muerte de todos los seres vivos” y añadió: “el envejecimiento está causado por reacciones de radicales libres, generados por el ambiente, la enfermedad y las reacciones intrínsecas al proceso del envejecimiento”.
Es un hecho que vivimos en una atmósfera oxigenada y como consecuencia oxidativa, los radicales libres son moléculas altamente inestables y reactivas con uno o más electrones célibes [o desparejados] en su órbita externa. El daño que causa afecta a macromoléculas esenciales, como el colágeno y los lípidos, y más profundamente a las membranas celulares y el interior de las células.
Veamos cuales son algunos de los radicales libres más letales: Superóxido (O2 -)
El superóxido se forma durante el procesamiento normal del oxígeno molecular por parte del cuerpo. Es una molécula de oxigeno con un electrón de mas, el más común de todos los radicales libres. Ataca principalmente las membranas celulares, las mitocondrias y los cromosomas. Afortunadamente existe una enzima capaz de combatir a este agresivo radical llamada enzima SOD (superóxido dismutasa) que lo descompone catalizando una reacción entre dos moléculas de superóxido y dos de hidrogeno, si esta neutralización no se produce con suficiente rapidez, por falta de SOD, el superóxido seguirá buscando otro electrón y el daño oxidativo estará asegurado.
PEROXIDO DE HIDROGENO (H2O2)
Se considera un derivado de la descomposición de los superóxido, aunque no es tan reactivo como el anterior se considera altamente oxidativo. El poder del peróxido de hidrogeno o agua oxigenada lo podemos comprobar, basta con observar lo que ocurre al verterla en sobre una herida abierta, ¡y eso que esta diluida al 5%!, para hacer frete a este segundo enemigo encontramos dos enzimas especiales:
-La enzima GPX /glutatión peroxidasa/ encargada de combatir la agresión del peróxido de hidrogeno en el medio graso.
-la enzima catalasa responsable de la protección en el medio acuoso
Cuando estas dos enzimas terminan su labor, el peróxido deshidrogeno (H2O2) se ha transformado en agua (H2O) y oxigeno (O2).
En algunos estudios se ha encontrado que el cáncer de hígado está directamente relacionado con la proliferación de este radical.
RADICAL HIDROXILO (OH)
Cuando la GPX no realiza debidamente su labor sobre el peróxido de hidrogeno antes mencionado, este no se transforma completamente en agua y el resultado es un derivado muy toxico: el radical hidroxilo, extremadamente peligroso debido a su rápida forma de actuar. En tan solo una milésima de segundo roba un átomo de hidrogeno a cualquier otra molécula que toque extendiéndose de manera devastadora.
OXIGENO SIMPLE (1O2)
Aunque el oxígeno norma O2 es muy estable, al exponerse a la luz solar el enlace químico se rompe y el oxígeno resultante (1O2) es peligroso. Se ha relacionado con enfermedades articulares como la artritis y por supuesto con lesiones en el cristalino/cataratas/ y la retina/degeneración macular/.
Efectos
Los principales efectos de los radicales libres son: 
- Ácidos nucleicos: producen alteraciones en el ADN y ARN
- Proteínas y enzimas: destruye los sitios activos y provoca trastornos funcionales
- Lípidos: la peroxidacion lipídica se produce cuando los radicales libres dañan los compuestos grasos, volviéndolos rancios.
- Estructura membranaria: los ácidos grasos de los fosfolípidos son mui vulnerables a los radicales libres.
- Daño lisosomico: los radicales libres rompen la membrana del lisosoma y penetran al interior de la célula destruyendo sus partes internas.
- Daño mitocondrial: cuando atacan la central de energía entonces deviene el “agotamiento celular”
Dentro de los numerosos daños que hacen los radicales libres dentro del cuerpo del ser humano miraremos algunos de los trastornos generales: astenias funcionales, espasmofilia, calambres, estrés, trastornos de crecimiento, insomnio, cataratas, psicastenia, depresiones, distonía neurovegetativa, esfuerzo del deportista profesional.
Existen dos formas de protección frente a los radicales libres, uno Endógeno y otro Exógeno:
SISTEMA DE PROTECCION ENDOGENA: todas las células vivas animales y vegetales poseen un potente dispositivo enzimático con el fin de evitar la proliferación de radicales libres. El superóxido dismutasa SOD, la catalasa y la glutatión peroxidasa GPX.
SISTEMA DE PROTECCION EXOGENO: Los antioxidantes son cazadores que intervienen al comienzo de los siclos de peroxidacion tales como las vitaminas E, A, C, los flavonoides y los poifenoles de las vitaminas p. Es muy importante que los alimentos de los cuales vamos a extraer los antioxidantes sean orgánicos.
ANTIOXIDANTES
Vitamina E: es el principal antioxidante de la membrana celular. Se posesiona en dicha membrana protegiéndola de la peroxidacion. Además estabiliza los radicales libres superóxido e hidroxilos, e inactiva el oxígeno simple [radical producido por las radiaciones solares en la piel]. Junto con el selenio protege contra las mutaciones celulares.
Fuentes alimenticias: La mejor manera de obtener los requerimientos diarios de vitamina E es consumiendo fuentes alimenticias. La vitamina E se encuentra en los siguientes alimentos:
• Aceites vegetales de maíz como: los aceites de germen de trigo, girasol, cártamo, maíz y soya.
• Nueces como: las almendras, el maní y las avellanas.
• Semillas como: las semillas de girasol.
• Hortalizas de hoja verde como: las espinacas y el brócoli.
• Cereales para el desayuno y jugos de frutas.
Vitamina C: es el principal antioxidante de la sangre, protegiendo los lípidos de la sangre protegiéndolos de los peróxidos / 
es el único que puede realizar esta labor/
El betacaroteno o provitamina A:es transformado en vitamina A en el organismo y completa la acción antioxidante de la vitamina E. su acción protectora es particularmente interesante en pulmón, tejidos respiratorios y epidermis.
Las principales fuentes de vitamina A son:
- En el reino animal: los productos lácteos, la yema de huevo.
- En los vegetales: En todos los vegetales amarillos a rojos, o verdes oscuros; zanahoria, batata, calabaza, zapallo, ají, espinacas, lechuga, brócoli, coles de Bruselas, tomate, espárrago
- En las frutas: Damasco, durazno, melón, papaya, mango, mamón.
- Moléculas vegetales antioxidantes: los bioflavonoides son pigmentos fotoquímicos que actúan como antioxidantes, protegiendo a las plantas, animales y seres humanos que las consumen contra el daño de los radicales libres.
FITONUTRIENTES:
Los fitonutrientes son compuestos producidos por las plantas para su propia protección, por lo que no ha de sorprendernos que esas propiedades también se propaguen en el ser humano al ser consumidas a través de frutas, verduras o hierbas.
Elige por colores y tendrás mayores beneficios:
• Frutas y verduras rojas o rosadas como el tomate, el pimiento, la toronja o la guayaba, contienen licopeno que ayuda a combatir algunos tipos de cáncer como el de próstata, y ciertas afecciones cardiacas.
• Frutas y verduras de color naranja, como el sabroso mango, la zanahoria o la calabaza, contienen alfacarotenos y betacarotenos, ideales para conservar la piel y la vista saludables, como antioxidantes para prevenir el envejecimiento prematuro y previenen problemas pulmonares malignos así como algunas enfermedades infecciosas.
• Frutas y verduras de color rojo- morado, como la uva, ciruela seca, arándano, mora o fresas, así como la nutritiva manzana, contienen flavonoides que previenen enfermedades vasculares cerebrales y cardiacas, al evitar la formación de coágulos.
• Frutas y verduras amarillo-naranja, como la naranja, mandarina o el durazno, contienen criptoxantina y terpenos, fitonutrientes que previenen y combaten el cáncer y las úlceras.
• Frutas y verduras amarillo-verde, como el maíz, aguacate, espinaca, melón chino, contienen luteína, zeaxantina y carotenoides, que son antioxidantes y protegen contra el envejecimiento prematuro y problemas oculares como las cataratas o la degeneración macular.
• Frutas y verduras verdes, como la lechuga, la col, el brócoli, contienen sulforafanos, que combaten el cáncer de pulmón.
• Frutas y verduras de color blanco, como el ajo, la cebolla, el cebollín, la coliflor, el zapote blanco contienen organosulfidos que combaten el cáncer, infecciones y la formación de coágulos.
• Frutas y verduras de color azul-morado, como la mora o las uvas, contienen antocianinas, que son antioxidantes y estimulan la actividad cerebral.
